El Monstruo de Gila es uno de los dos únicos lagartos venenosos del mundo. Vive en áreas desérticas del suroeste de Estados Unidos y norte de México, en especial en las inmediaciones del río Gila.
El monstruo de Gila es corpulento y se mueve lentamente sobre cuatro patas cortas, arrastrando una cola gruesa, corta y roma en la que se almacenan grasas, de cuyas reservas puede vivir durante meses. El lagarto adulto mide entre 45 y 60 cm de longitud. Su cuerpo exhibe a menudo una coloración llamativa, es negro con numerosos tubérculos de color rosa, anaranjado, amarillo o negro. Tiene la cabeza veteada en rosa. Su lengua es bífida, ancha y plana.
Los monstruos de Gila comen pequeños roedores, hormigas y huevos de otros reptiles del desierto. Los huevos del monstruo de Gila tienen la cáscara dura y el tamaño aproximado de un huevo de gallina. Las hembras ponen cerca de una docena en anchos agujeros abiertos en arena húmeda, los cubren y los abandonan. Las crías salen al cabo de un mes de los huevos que sobreviven.
Los monstruos de Gila muerden a su víctima y se aferran a ella, rodando sobre la espalda para que el veneno fluya al interior de la herida y masticando para infligir heridas aún mayores. El veneno es segregado por glándulas situadas en la mandíbula inferior y fluye al exterior a través de unos surcos presentes en los dientes, atacando los centros nerviosos que controlan el corazón. Su mordedura puede ser peligrosa para el ser humano.
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